UN BUENOS AIRES QUE AMÉ Y DISFRUTÉ

De Oscar Rivas

Te regalo un cacho de mi vida, Cariños, Oscar             

Este es un fragmento de un texto mas extenso de Oscar Rivas, quien me comparte un cacho de su vida tras sentir mucho cariño por este proyecto de memoria. Dos semanas después, parte repentinamente.                            

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UN BUENOS AIRES QUE AMÉ Y DISFRUTÉ

Buenos Aires era “la ciudad que nunca duerme”, ahora cada noche esta ciudad se acuesta más temprano, la «piqueta del progreso» la emprendió contra cafés, teatros, cines y salones que dieron a la ciudad fama de bohemia y divertida, y hoy la inseguridad contribuyó a que sus calles quedasen desiertas.

Allá a lo lejos está el Buenos Aires que disfruté, aquel en el que el sábado a la tarde planchaba mi traje cruzado haciendo resaltar la raya del pantalón, para lucirlo con los zapatos lustrados a nivel espejo, camisa blanca con gemelos y corbata al tono del traje, la punta del pañuelo, suavemente perfumado con unas gotas de “VIEJA LAVANDA FULTON”, apenas sobresalida del bolsillo superior del saco y según el destino de esa noche  el alfiler de corbata que me regalara mi padre, aquel que él supo lucir en más de una trasnochada porteña.

22 hs – Primera parada BAR SUAREZ de Lavalle y Esmeralda, plena “calle de los cines” donde la gente se apura para no perder el inicio de alguna película en los cines LUXOR, ARIZONA, OCEAN, ROSE MARIE, PARIS, AMBASSADOR, MONUMENTAL, TROCADERO, ELECTRIC, PARAMOUNT, HINDU, SARMIENTO, NORMANDIE, METROPOL,  RENACIMIENTO, SELECT LAVALLE o IGUAZU, en el Bar junto con mis amigos, y a través de un CINZANO y fernet con ingredientes, se programa ese sábado.

         23 hs – Llegamos adonde decidimos  ir a bailar, por la orquesta que actuaba o por el ambiente que palpitamos habría esa noche o por volver a encontrar a la señorita en la que  alguno tenía interés.

Si era un salón (LA ARGENTINA,  CENTRO ASTURIANO-donde conocí a mi esposa – CASA SUIZA, CASAL DE CATALUÑA etc) los varones nos parábamos en el centro de la pista y en el contorno de la misma estaban las señoritas sentadas junto a sus madres, se sacaba a bailar a la elegida con un leve cabeceo que era respondido con una sonrisa (siempre y cuando la madre estuviese de acuerdo, si no con un simple y disimulado tirón a su vestido la obligaba a mantenerse sentada)

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Si era una Confitería (LA NOVEL, DOMINÓ, MI CLUB de la calle Suipacha, TROCADERO etc.) allí las señoritas iban solas, las miradas  se  cruzaban  de  mesa  a mesa  hasta  lograr el  encuentro

buscado, también las miradas varoniles podían venir desde la barra del Bar donde el “postulante” acodado en el mostrador hacía girar los cubitos de hielo dentro del “aguado” whisky mientras paseaba la vista por sobre todos aquéllos peinados trabajados artesanalmente a fuerza de spray. A veces podia ser Olivos o Vicente López, NINO, SUNSET, RANCHOS etc., pero eso era otra historia.

 3 hs – Fin del Baile, podíamos salir acompañados o solos como habíamos llegado, casi siempre con un nuevo número de teléfono anotado en un papelito guardado con mucho cuidado en el fondo de la billetera.

3 ½  hs – Según el apetito y el bolsillo,  el próximo destino era EL TROPEZON en Avenida Callao. Restaurante donde se comía el mejor puchero de Buenos Aires o LAS CUARTETAS o GUERRÍN en Avenida Corrientes a comer una porción de “muzza” con fainá y moscato o LOS TREINTA Y SEIS BILLARES en Avenida de Mayo donde un buen sándwich de crudo y queso, sin miga, con manteca y una cerveza nos ayudaba a jugar al billar hasta las 5 o 6 de la mañana.

5/6 hs – Regreso a casa, con las manos en los bolsillos, silbando algún tango que se me pegó, camino por Avenida de Mayo, junto a los Bares de claro  perfil  ibérico, centro  de  reunión  de  “paisanos”,

dónde nunca falta algún nostálgico que entone una de las canciones de su tierra levantando su copa de sidra, o de algún otro que sigue cantando: “¿Dónde vas con mantón de Manila? ¿Dónde vas con vestido chiné?” Recordando la zarzuela “La Verbena de la Paloma” que hace pocas horas acaba de disfrutar en el Teatro AVENIDA.

Al pasar por el enorme edificio del diario CRÍTICA, una vez más me detengo a ver desde la vereda ese sótano donde están las rotativas, esa luz y el ruido de las máquinas saliendo de adentro de las entrañas de la tierra cual si fuese la gran garganta de un dragón escupiendo horribles y sensacionalistas noticias, este es otro lugar que va a morir en 1962.

En la confitería del Hotel CASTELAR aún hay gente tomando el último trago de la noche o el primero de la mañana.  Doblo por Cerrito y paso por la Confitería del Jockey Club (donde he tomado el

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Mejor Negroni de mi vida) están cerrando, al llegar a la Avenida Corrientes cruzo la Avenida 9 de Julio en el momento en que el reloj del TRUST JOYERO RELOJERO marca la hora en que estoy llegando a casa.

En EL NACIONAL aún siguen en sus mesas algunos de los tantos buscas que suelen esperar a la salida del teatro del mismo nombre, a las coristas de  la Revista  en  cartel  con  la  esperanza de

“levante” y terminan ahogando sus fracasos amorosos en los vasos de este Bar mintiéndose aventuras entre ellos, quizás en alguna mesa está ALBERTO MARINO (Alberto Marinaro) o el Gordo TROILO desayunando junto a sus músicos luego de una actuación, en El CABILDO aún quedan un par de mesas ocupadas.

Sigo por la Avenida Corrientes y al pasar por la puerta del TA BA RIS me cruzo con la salida de los elegantes de la elite porteña acompañados por sus parejas, sus amantes o sus “por una noche”, sigo derecho, cruzando Maipú veo al Maestro Carlos di Sarli que acaba de salir del MARABU donde actúa con su orquesta, antes de doblar en Florida me fijo y en la otra cuadra, en San Martín, LA FRAGATA aún tiene las luces encendidas,  paso por la puerta de la RICHMOND donde están terminando de baldear el piso poniéndola lista para el desayuno y allí doblo por Lavalle, la marea humana que asistió a las funciones cinematográficas ya no está, pero los letreros de los cines siguen iluminados a full dándole a esta calle un perfil único, el perfil de la ciudad que nunca duerme, en la Cervecería ABC el mozo cruzado de brazos y apoyado en el mostrador aguarda con santa paciencia que un grupo de noctámbulos termine de tomar sus últimos chopes para poder levantar la mesa y dar por terminada su jornada.        

 Al pasar por la Comisaría 1ra el agente de consigna en la puerta me para y me solicita que salga de testigo de las pertenencias de un borracho que acaban de traer detenido, así lo hago y en la oficina de guardia delante mío le vacían los bolsillos, le sacan cinturón, corbata y cordones de los zapatos al pobre tipo que apenas se mantiene en pie, firmo el acta, me agradecen el servicio y con un timbrazo me dan salida, es una ciudad en que a los borrachos los llevan presos.

En la esquina de Reconquista el PLUS ULTRA está levantando sus persianas pues ya están por llegar sus primeras clientas y Salvador (el diariero) dispone sobre la vereda los ejemplares de los

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diarios mañaneros, llego a la puerta del edificio donde vivo, me cruzo con algunas de las chicas que regresan de su trabajo en el bajo

porteño, sus rostros muestran signos de una noche agotadora, su rímel corrido y grandes ojeras enmarcan aquéllos ojos resignados, tan solo queda detrás de ellas el aroma dulzón de un perfume barato, otra noche quedó atrás en el OCEAN, BATACLAN, KENTUKY, AVION y otros más que a partir de 1955 iran desapareciendo, muchas de ellas desayunaran en el PLUS ULTRA antes de irse a dormir a algunas de las pensiones de la calle Reconquista.

Ingreso, abro la puerta del departamento con el mayor sigilo posible para no despertar a  mis padres   que  duermen plácidamente

porque en aquel Buenos Aires no había temor de andar por la calle a altas horas de la noche.

Me desvisto cuidando de dejar prolijamente colgado el traje para que no pierda aquella raya del pantalón de la que estaba orgulloso, y me acuesto, no sin antes, haber dejado bien guardado el papelito con el nuevo número de teléfono que mañana marcaré por primera vez.  

Una vez más Buenos Aires amanece sin haberse dormido

LOCALES NOMBRADOS EN ESTE RECUERDO QUE YA NO EXISTEN:

CENTRO ASTURIANO (Salón de baile calle Solís) – CASA SUIZA- CASAL DE CATALUÑA – LA NOVEL- DOMINO – MI CLUB (de la calle Suipacha) – TROCADERO – NINO – SUNSET – RANCHOS- CRÍTICA – HOTEL CASTELAR – JOCKEY CLUB – TRUST JOYERO RELOJERO – EL NACIONAL – El CABILDO – TA BA RIS – MARABU – LA FRAGATA- RICHMOND – OCEAN- BATACLÁN – KENTUKY -AVION y gran cantidad de los CINES mencionados, además de las pensiones demolidas de la calle Reconquista

         Estos son los fantasmas que surgen ahora que Buenos Aires se duerme temprano, son los fantasmas que nos acompañan a aquellos que tenemos los suficientes años, son mis fantasmas, los que a veces en las noches, en mis sueños, me acompañan a recorrer una juventud en la que fui muy feliz.

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